No debe confundirse con el dios del Inframundo de la mitología griega Hades.
En la mitología griega, Ares (en griego antiguo Ἄρης) se considera el dios olímpico de la guerra, aunque es la personificación de la brutalidad y la violencia, así como del tumulto, confusión y horrores de las batallas, en contraposición a su hermanastra Atenea, que representa la meditación y sabiduría en los asuntos de la guerra y protege a los humanos de sus estragos.
victorioso en los combates. De hecho, resulta varias veces herido, sobre todo en sus enfrentamientos con su hermanastra Atenea, divinidad también guerrera.
Los griegos nunca confiaron en Ares, quizá porque ni siquiera estaba influenciado por el espíritu de pertenecer a un bando, sino que a veces ayudaba a una parte y a veces a la otra, según le dictaban sus inclinaciones. Su mano destructiva se veía incluso tras los estragos provocados por plagas y epidemias. Este carácter salvaje y sanguinario de Ares lo hacía ser odiado por otros dioses, incluidos sus propios padres.
Familia de Ares
Ares es hijo del dios griego Zeus, padre de los dioses y el dios supremo del Olimpo, y de Hera, la esposa de Zeus.
Diosa Hera, Madre de Ares
Debido
a su actitud tan agresiva desde temprana edad, no era apreciado por
muchos de los dioses del Olimpo, ni si quiera por sus propios padres.
Esto le originó en su actitud más odio y agresividad en su temperamento y
en su forma de actuar.
Sin embargo, esto no le
afectó en ningún momento para poder llegar a tener algunas relaciones
amorosas simplemente, debido a que Ares nunca tuvo esposas. Pero si tuvo
muchas amantes de diversos tipos: tanto diosas, como ninfas y mortales.
Las amantes de Ares que eran diosas fueron:
Afrodita:
la diosa del amor y de la belleza, tuvo una relación con Ares por mucho
tiempo, incluso durante el matrimonio de ella con el dios Hefesto. Se
tienen muchas historias acerca del amor o la relación que ambos tenían.
